lunes, 30 de mayo de 2011

Lunes 38



Hace cuatro días vendí los muebles que dejaste, hace cuatro días busco una pintura verde que me regalaste y hace cuatro días que no fumo ni duermo. Hace más de seis meses espero sentada en el café de la esquina, sí, al lado de esa foto en blanco y negro de un sax que solía tocar para vos.

¿Qué espero?

Un par de ojos grandes de los cuales pendan dos girasoles morados y una luna creciente, dos pies que vistan unos zapatos deslavados y que de puritita casualidad estén rotos, un cabello alborotado, y unas manos largas, tan largas quesean capaces de arrancarme el corazón sin el menor esfuerzo, unos dientes azul turquesa con un tatuaje en ambos colmillos. Espero a alguien con una estrella en el pecho y otra en la espalda, un hilo que me jale y me cosa a algo, que me una, que me ubique, que me haga entender que los tiempos cambian. Espero un signo, una señal, dos libélulas entre cruzadas. Un reflejo, una mirada, un cuerpo.

Se me gastan las uñas marcela, las rodillas, los codos de tanto esperar. Vuelve antes que un aire venga por mí.

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