domingo, 3 de enero de 2010

Tatachuz nos tenga en su gloria




Tengo arena entre los dedos de los pies,
Las uñas amarillentas, y
Las piernas flacas y arrugadas.
Demasiados años para este cuerpo esquelético y flácido.

Hoy en la mañana por fin hice mi paz.
Escribí las últimas cartas de despedida
e incluso me di tiempo de envolverle los
Últimos dulcecitos a romerito.
¡Hay mijito chulo, que tatachuz sea bueno contigo!

A mi edad hasta caminar hacia la luz eterna es un problema.
El mar se encuentra a doce cuadras de mi casa
Y los autobuses hace mucho dejaron de pasar por estos rumbos.

El paso de los años es cada vez más aburrido
No hay novedad por aquí,
¡vaya ni los chuchos tienen actividad!
Lo único que nos queda a los olvidados
Es jugar damas y a veces ni eso es interesante.

No hay dinero para comer,
mucho menos para pensar en abandonar el pueblo.
Los que buscan huir van con don chepe
quien cobra tres colones por llevarlos a lo más hondo del mar,
en una lanchita que le heredo su mujer.
Se rumora que ahí, en lo más profundo se aparece chusito.

Ayer en la tarde fui a ver a don chepe,
Pero a causa de sus reúmas no habrá servicio en los próximos meses.
Me recomendó esperar, pero de tanto insistirle
me dijo que me apareciera hoy temprano,
que su sobrino me haría el favor.

Llevo mis tres colones y una imagen de la virgen María,
don chepe no permite llevar nada más,
dice que tatachuz no lleva chunches.
Doy un último vistazo al pueblo

me persino y me embarco con arturito.

Mundel

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