
Me tiembla la voz
el cuerpo
el corazón.
Me agobian los pies
las manos y
sobre todo la lengua.
Por qué cambias de piel
y me dejas ver derrepente,
sólo derrepente tu nueva belleza;
blanca, azul, verde, amarilla brillosa,
tan brillosa que deslumbra.
¿Por qué no me enseñas a mudar
este cuero viejo y agrietado?
Aqui estoy con mi cajita de recuerdos entre las piernas
sentada en el jardin, esperando, esperandote.
Escondiendola cuando apareces y me cuentas
de aquel cielo y mar que conociste.
Aqui estoy tratando de ser...
tratando al fin y al cabo
MUndel
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